COMUNICADO DE JUSTICIA Y PAZ POR LA PAZ EN GAZA
LECTURAS
- Hch 1, 1-11. A la vista de ellos, fue elevado al cielo.
- Sal 46 R. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
- Ef 1, 17-23. Lo sentó a su derecha en el cielo.
o bien: Heb 9, 24-28; 10, 19-23. Cristo entró en el mismo cielo.
- Lc 24, 46-53. Mientras los bendecía, fue llevado hacia el cielo.
Como parte de la espiritualidad de la paz, de la educación de los valores y el fomento de la esperanza que conducen a la paz, es imprescindible el ministerio del perdón, la sanísima terapia y pauta de la reconciliación. El Cristo que por su resurrección ya pertenece a la esfera más alta de lo divino, a la máxima escala posible de lo humano, promete y, al mismo tiempo, encarga a sus discípulos la proclamación del Evangelio de la conversión y el perdón, de la conversión para el perdón, de la conversión por el perdón. La evangelización, el anuncio gozoso de la buena noticia del Reino de Dios (Evangelii gaudium, papa Francisco) tiene como su fin alcanzar la fraternidad entre nosotros que nace de la filiación de Dios. Convertirnos al Dios que nos ama como Padre pasa por el cambio de nuestros principios, valores y hábitos en orden a poder reconciliarnos plenamente con Dios y los hermanos. El perdón, con su pedagogía de la verdad y su apuesta por el amor, es el camino imprescindible para alcanzar la paz. Un perdón que no supone comulgar con ruedas de molino, dar lo malo por bueno y resignarse ante el atropello, pues para que haya perdón, aunténtica reconciliación es necesaria la "conversión", el cambio de las situaciones que condujeron a la violencia y la ruptura de la fraternidad. En el plano internacional esto es difícil y supone procesos largos y costosos, pero no más difícil, sino imposible, será alcanzar la paz si ni siquiera comenzamos a andar el camino de la conversión y el perdón.
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