DOMINGO 16 DE JULIO: XV DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)

 

No cabe duda de que los malheridos y víctimas más acuciantes son niños de Gaza muriéndose de hambre, son las muchedumbres que sufren las guerras, o que forzados a buscar una vida mejor se exponen a la explotación y a la muerte en la travesía, son ingentes poblaciones de pobres en la mayor parte del planeta... nuestros hermanos son y sus múltiples sufrimientos no pueden sernos indiferentes, por más que no tengamos soluciones directas ni inmediatas, pero no debemos apagar el descontento que nuestras conciencias sienten por tan terribles injusticias y opresiones. Y sin embargo, esta parábola del buen samaritano nos invita a preguntarnos por el prójimo, el próximo, el que sí conozco y a cuya vera paso, si no doy el rodeo culpable para no verlo y no atenderle. Sin quitarnos un ápice de zozobra por los que engrosan como sujetos pacientes la "historia de la ignominia" humana, que lo que no podamos hacer por ellos no sea excusa ni distracción para ahorrarnos lo que sí podemos hacer por quienes tenemos a nuestro lado.

LOS DOMINGOS DE JULIO Y AGOSTO, HASTA LA VUELTA DE FERIA, NO HABRÁ MISA POR LA TARDE. 
HORARIOS DE MISAS

LECTURAS

Dt 30, 10-14. El mandamiento está muy cerca de ti para que lo cumplas.

Sal 68. R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. o bien: Sal 18. R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

Col 1, 15-20. Todo fue creado por él y para él.

Lc 10, 25-37. ¿Quién es mi prójimo?

Ese rodeo fatídico y vergozante del sacerdote y el levita acusa, además de la omisión del socorro y la negación de las entrañas solidarias que debe despertar nuestro prójimo en su necesidad, la cercanía, la vecindad, la cotidianidad y familiaridad de tan culpable huida hacia la inhumanidad de la falta de compasión. Porque a este prójimo si le vemos, si lo conocemos y sabemos de su pesar y necesidad. Aquí no hay una fría estadística ni un distante flash informativo en los medios de comunicación, vivo con ellos, o paso todos los días delante de su llamada de auxilio. Puede ser pobre, o estar enfermo, o vivir solo, o sentirse despreciado, o mendigar mi perdón, o sugerirme una respuesta de comprensión, ternura, tal vez sólo reclama que lo tengan en cuenta. Para las grandes causas que solicitan nuestra solidaridad, siempre debemos estar dispuestos. Pero estos no necesitan que medie una ONG con una campaña extraordinaria, solo requieren que no demos un rodeo para no verlos, porque a la vista bien que los tenemos. Si volvemos de nuestra indolencia y volvemos a ser sus prójmos, saldremos ganando haber recuperado lo que nos hace más humanos, la fraternidad.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

COMENTARIO AUDIOVISUAL DE VERBO DIVINO

16 de Julio: Virgen del Carmen